Destaca por su fluidez entre aplicaciones, precio ajustado y posibilidades multimedia


ZTE Grand X In

La espera ha sido de año y medio. En enero de 2012, durante la feria de electrónica de consumo de Las Vegas, Intel, primer fabricante mundial de chips, anunciaba que iban a entrar en el mundo de la telefonía. Aunque ya se habían mostrado algunos modelos en China de la mano de Lenovo, caso del K800, y el Lava Xolo en India, la firma china ZTE es el primer fabricante que ofrece un móvil con este procesador, Grand X In.
Entre las promesas de Intel se encontraba una mejor gestión de la batería y potencia multimedia. Cumple en ambos casos. La batería de 1.650 mAh, a primera vista escasa para una pantalla de 4,3 pulgadas de alta definición, aguanta más de lo habitual. No solo es mérito del procesador de bajo consumo, sino también del software para adaptarse a las necesidades del usuario. Si no es necesario, prescinde del GPS, wifi o Bluetooth para llegar al final del día sin tener que buscar un enchufe.

Personalización de las funciones más comunes.

La cámara de fotos, de 8 megapíxeles, se conforma con colores discretos, quizá algo fríos, y grabación de vídeo en alta definición, 1080 píxeles. Sin embargo, es capaz de disparar en ráfaga sin demora y permite ver el vídeo sin esperar que se procese. Igualmente el paso entre aplicaciones es fluido.
A primera vista parece un móvil más con Android. Estéticamente no llama la atención, aunque sí choca que un aparato con la versión 4.0 siga incluyendo cuatro botones táctiles en la parte interior en lugar de tres. Mantiene el de los antiguos modelos, la lupa para buscar.
Se echa en falta un cargador y auriculares algo mejor acabados. Se asume que el precio es ajustado, pero dan una imagen de gama inferior al rendimiento del móvil. El aspecto más flojo es la memoria interna, solo ofrece cuatro gigas, ampliables con tarjeta MicroSD.
Se agradece el cuidado de la interfaz y el software. ZTE ha dejado Android casi tal cual lo ofrece Google, al que añade un programa para teclear con facilidad, TouchPal, que recuerda mucho a Swiftkey. El escritorio se puede personalizar con Easy Access, un medallón de acceso directo a las funciones más frecuentes. Los primeros pasos son rápidos. En menos de un minuto se puede comenzar a usar.


Opciones de la cámara de fotos.

De momento se vende libre, sin operador, por 225 euros. Un precio muy ajustado para sus características.