Entre el 5% y el 10% de las URL abreviadas conducen a sitios web maliciosos

 

¿A dónde van las URL acortadas? Trucos para no caer en ninguna trampa
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Ya sea por estética o por economía, las URL acortadas nos han solucionado unos cuantos problemas. Sobre todo a los fanáticos de Twitter, donde ahorrar caracteres es vital y clicar bitlys y owlys es, como quien dice, el pan nuestro de cada día. Pero un estudio de Web of Trust alerta de que entre el 5% y el 10% de las URL abreviadas conducen a sitios web maliciosos. Por eso, la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI) ofrece algunos trucos y herramientas gratuitos para que, antes de hacer clic, siempre sepamos dónde iremos a parar.
Lo habitual, explican desde la OSI, es que nuestro antivirus o nuestro propio navegador detecten si la dirección en la que hemos clicado es maliciosa antes de que ésta se abra en nuestro ordenador, pero cabe la posibilidad de que esto no suceda y acabemos en una web de phishing, spam o descarga de malware. Para evitar ese riesgo, podemos valernos de algunos trucos, que son explicados con detalle en este vídeo.
Al igual que existen acortadores de URL, también existen alargadores. La OSI cita, en concreto, dos; KnowURL y LongURL, que nos permiten introducir la dirección abreviada en un cajón que la «traduce», es decir, nos muestra la ubicación real a la que vamos a ser conducidos.
Asimismo, es posible instalar en el navegador Google Chrome un complemento llamado LinkPeelr, que permite que, con solo posar el puntero del ratón sobre una dirección abreviado, conozcamos cuál es la URL completa.
Otra posibilidad que no todo el mundo conoce es la de añadir el símbolo «+» al final de la URL abreviada. Permitida por los acortadores de Google y Bit.ly, posibilita que, pegando la dirección abreviada en la barra de URL de nuestro navegador y agregando + tras su último carácter, seamos dirigidos a una página de Google o de Bit.ly en la que obtendremos información sobre la web a la que estamos intentando acceder.
Además, existen otros acortadores de URL, como el de McAfee, que «escanean» las direcciones abreviadas para detectar si conducen a páginas peligrosas, y también nos pueden ayudar los analizadores de enlace «clásicos», como VirusTotal. En cualquier caso, desde la OSI recomiendan que empecemos por la instalación de un antivirus o cortafuegos en nuestro equipo y que actuemos siempre con sentido común.