El dispositivo de realidad aumentada del gigante de internet puede tener un problema a la hora de «entenderse» con las gafas normales
Google Glass,
el nuevo «gadget» del buscador más famoso de internet, se ha convertido
ya en la sensación del año en el mundo de la tecnología, aún antes de
ser puesto oficialmente a la venta. Estas gafas de realidad aumentada permitirán realizar acciones como seguir un mapa, grabar vídeo y hacer fotos,
además de mostrar información de hora y temperatura, entre otras. Uno
de sus problemas será «entenderse» con las gafas normales.
Pero, ¿cómo funciona este nuevo aparato? Una infografía de la web brille-kaufen.org lo muestra de forma sencilla. Ha sido elaborada por Martin Missfeldt con fuentes como la solicitud de patente de las Google Glass, Wikipedia y algunos artículos de prensa.
El principio por el cual el usuario verá información en
superpuesta sobre la realidad es más sencillo de lo que parece y está
basado en un sistema de proyección. La patilla derecha termina en un
proyector con una lente incorporada -la pequeña lente que hemos visto en
todos los prototipos de Google Glass mostrados- que en realidad es un
prisma. Este cristal envía la imagen directamente a la retina
aprovechando la luz del entorno.
Para que todo funcione, el equipo incorpora su CPU y la
batería a lo largo de la patilla derecha. Además, Google ha colocado una
pequeña cámara frontal para realizar fotografías y vídeos -o detectar
objetos con los que interactuar-. También tiene altavoz y micrófono
incorporado, con lo que será posible realizar llamadas por VoIP.
La posición de la información mostrada en la pantalla en
nuestro campo visual dependerá de dónde esté situado el prisma respecto
al ojo. Si el dispositivo se encuentra demasiado alto, el usuario verá
los datos de la Glass a un lado; si por el contrario el cristal está justo delante de la retina, la imagen estará centrada.
Google, por defecto, ha pensado en una distancia que sitúa la pantalla
en la visión periférica del usuario en la mejor posición posible. Sin
embargo, la posición óptima por defecto afecta al uso con gafas
normales.
Usuarios con gafas
Un reto que plantea la infografía es la funcionalidad de la Google Glass con una persona que lleve gafas;un hecho que afecta, según el autor de la información,
a más de un 50% de la población en muchos países. La compañía del
buscador ya ha confirmado que se podrá utilizar con gafas, pero su
rendimiento se verá ligeramente alterado, según esta información.
Según la imagen, el hecho de necesitar lentes hará que la
Glass se sitúe más lejos de lo normal, disminuyendo así la percepción de
integración de la imagen virtual en la realidad. Ante este
contratiempo, una solución propuesta es personalizar los prismas de
proyección con la graduación que cada cliente necesite, un proceso que
la misma infografía califica de «mucho más caro».
Como decíamos, Google ha comentado que no habrá problemas a la hora de combinar el prisma proyector de su aparato con la lente de las gafas del cliente.
De hecho, el buscador está trabajando para presentar, antes de final de
año, una montura especial de Google Glass que permita acoplarlas en
gafas normales. Como ejemplo gráfico del aspecto que lucirá un usuario
de Google Glass con lentes, los de Mountain View mostraron una foto de
Greg Priest-Dorman, uno de los desarrolladores del proyecto, con la
Google Glass añadida a sus gafas.